Repóker


Foto: Miki

Aquí tienen una foto (hecha con un móvil, de ahí su baja resolución) de algunos de los miembros de La tuna de Japón. Hoy hemos tenido una actuación en una fiesta navideña de los trabajadores de una empresa que prepara bodas. Por lo visto, una empresa deficitaria desgrava impuestos, y es práctica corriente, al menos en Japón, celebrar este tipo de eventos, que pasan a engrosar la lista de gastos. Ya ven, perder también mola.

El lugar era puro lujo. Lamentablemente, no pudimos confraternizar con los invitados. Y mientras no estabamos tocando, nos recogían, y permanecíamos guardados hasta el siguiente pase.

Ocupándose de nosotros teníamos a dos guapísimas señoritas de la empresa de eventos musicales que se encargaba de la fiesta. Nos han acompañado en todo momento y se han preocupado de que todo saliese bien. Sin embargo, uno no sabe hasta que punto su eterna sonrisa y sus ganas de conversar son reales o de alquiler. Quiero decir que, yo no necesito un tratamiento especial para hacerme sentir importante que vaya más allá de la debida cortesía, y aunque el objetivo sea hacerte sentir lo más cómodo posible, al ser yo una persona ciertamente extraña, no puedo dejar de sentir cierto resquemor interior.

Una vez terminado el trabajo, hemos ido a comer juntos a un bufet libre italiano, donde, sin perder en ningún momento la compostura, todo ha sido mucho más natural. Como ver una fiesta nos ha hecho salivar, nos hemos montado nuestra propia juerga con la que hemos roto las sonrisas profesionales y reemplazádolas por sonoras carcajadas. Tres españoles diciendo sandeces absurdas en (un exquisito) japonés... tal vez nos espera una prometedora carrera como cómicos, ya saben: "We are dangerous".

Por si esto fuera poco, nuestras acompañantes respondían a los nombres de Miki (Bella princesa) y Mika (Perfume de belleza), y ya saben que servidor es Micko... si hubiesen venido Mike y Miku, seríamos un repóker viviente. Pero como tienen nombre de hombre, no los hemos echado en falta.

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