Feliz Año de la Serpiente 2025

 





Muchos de ustedes me han comentado que el hecho de que cada año sea capaz de felicitarles puntualmente el nuevo año con una ilustración de Jordi Pastor les provoca un sentimiento irrefrenable (llamémoslo envidia, por decir algo) que no les deja disfrutar de las festividades, por lo que, esta vez, en pos de su felicidad (mi único objetivo) he tenido a bien esperar a que hayan pasado los Reyes para publicarla. Así, la inercia de la alegría acumulada estos días  les permitirá disfrutarla  con una sonrisa.

Espero que tengan un feliz año de la serpiente de madera (les recomiendo no elegir la versión de plástico, por más barata que les pueda parecer, porque no compensa). Cada cuál tiene su propia manera de celebrar, honrar y hacer suyas las virtudes del animal del zodiaco chino que representa el espíritu del año, y quiero invitarles a que no tengan vergüenza de poner en práctica la suya. Pueden aprovechar para mudar de piel y quitarse las arrugas y las callosidades; reptar por el suelo para abrillantarlo (es conveniente llevar ropa); darles a sus seres queridos ese abrazo de pitón que tenían guardado; sesear exageradamente; bailar como Bob Fosse; o, si son más atrevidos, mordisquear, sacar la lengua y menear la cola. Ya me contarán.


La ilustración recoge mi versión casera del dios serpiente griego Glycon. Dios que nació como una marioneta, y que yo recreo con la ayuda de un calcetín verde, dos botones rojos y un poco de lana amarilla y roja para el pelo y la lengua, para presentar un espectáculo popular (profundo a la par que accesible) con el que espero hacerme rico. O pueden aprovechar la oportunidad de poner a prueba su generosidad, y hacerme rico ustedes mismos. De nuevo: ya me contarán.


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