Cortesías anticipadas

El final del verano ha traído consigo la vuelta de los eventos musicales, así que, últimamente, he tenido que desempolvar el acordeón (y los dedos) para dar lo mejor de mí mismo (aunque sea poco). Me alegro, porque suele ser divertido y, además, me pagan.

La gente es muy agradecida por lo general. Como ejemplo les diré que en una de las últimas actuaciones que han pasado desapercibidas en este blog, el dinero iba acompañado por una postalita en la que estaba escrito (en inglés, arrrrg): "Estamos muy agradecidos de que haya venido a tocar una música tan maravillosa. Ha estado muy bien y la gente ha disfrutado mucho con su actuación. Muchas gracias de nuevo".

Uno puede pensar que verdaderamente el pueblo japonés, poseedor de una legendaria cortesía, goza de una educación exquisita, y sentirse verdaderamente emocionado con el detalle. A no ser que la postalita te la entreguen antes de la actuación... tal como fue la cosa. Son japoneses y lo hacen sin mala intención, hay que darse cuenta, pero es poco menos que un insulto. Aunque la hayan escrito antes y no les importe lo más mínimo la música, la etiqueta pedirá que la den después... digo yo.

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