El puzzle gordiano
Hay que reconocer que la persona que dedicó tiempo y salud a montar este puzzle lo hizo con todo su empeño; pero no fue suficiente. Una sola pieza, minúscula y en paradero desconocido, nos ha privado de conocer la imagen que esconde este rompecabezas. Como si se tratara de un donuts cuadrado de cartón, el vacío del centro se comporta como un auténtico agujero negro (de color blanco) que lo absorbe todo. Una llaga a prueba del dedo incrédulo de Santo Tomás. Esta vez es un solo árbol el que no nos deja ver el bosque. Aunque ¿se trataba de un bosque?, ¿de un animal?, ¿tal vez de una escena costumbrista? Nunca lo sabremos. Y eso duele.