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Mostrando entradas de abril, 2008

Brindando por ustedes

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Ayer noche, ya que está mi hermana de visita, salimos a tomar un par de cervezas después de mi larga y agotadora jornada laboral, a lo que nos acompañó amablemente el amigo Héctor , al que pertenece la foto que ilustra este artículo. Primero hicimos la habitual parada en Casa Nana, un, en el mayor sentido de la palabra, pequeño bar flamenco situado en el corazón de Shinjuku, donde siempre hay una bienvenida acogedora y una conversación divertida. Allí nos dieron amablemente a probar ovarios de pez globo fermentados. Todo un manjar. Si no fermentan son mortalmente venenosos. Ya saben eso del placer de lo prohibido. Según Héctor sabían a mojama. La segunda cayó en un pintoresco garito vecino que cuenta con un karaoke público a la española (cien yenes por canción) y que es muy frecuentado por extranjeros y algunos travestis. Al final nos quedamos sin cantar, pero estuvimos echando unas risas con un par de nipones borrachines muy simpáticos. Pero si creía que ya lo había visto todo, justo

Bellas durmientes

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No se lleven a engaño, no son dos jevis haciendo headbanging, sino que aquí tienen otro artículo sobre japoneses durmiendo en el tren que tanto nos gustan a Héctor y a mí. Esta vez fue en la línea Sôbu. Esta vez pueden ver la progresión de la chica de la izquierda, llamémosla Sadako, hacia el , nunca mejor dicho, sueño "profundo". Y vean cuánto: tomando la barra como eje de ordenadas comprueben que llega a los 90º de inclinación. Encuentro particularmente difícil dormir sentado. Debe de ser eso de "al compás del chacachá del tren qué gusto da viajar" que cantaba El consorcio. Sin embargo, éstas no enseñaban la ropa interior, a diferencia del soñador de hace unos días en la línea Yamanote.

Felicidades

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El viaje a Nagoya que hicimos el mes pasado para tocar en un evento de Loewe me dio la oportunidad de reencontrarme con mis queridísimos amigos (nunca lo diré lo suficiente) la mangaka Kan Takahama (que ha estrenado página web aquí ) y su marido Daisuke . Y como hoy día 6 es el cumpleaños de la dibujante, la felicitamos desde aquí (tienen los comentarios a su disposición) y les pongo la foto que nos hizo poco antes de mi vuelta a la capital una amable señorita que cruzaba la estación. Mis estancias en la que me gusta llamar la Zaragoza nipona siempre han sido de lo más breves, así que desconozco el nivel de excentricidad de sus habitantes, pero si bien en Tokyo soy ignorado casi por completo cuando visto de tuno (tendrían que ver las cosas que uno puede encontrar), y, si me miran, es siempre con bastante disimulo, en Nagoya es más divertido porque giran la cabeza cual albañil de película que vislumbra a una chica guapa. Es muy entretenido. Y déjenme recomendarles el excelente restau