Durante mis años mozos de instituto tenía un grupo de rock acústico con amigos y familiares que en cosa de un año cambió de nombre tres o cuatro veces (Soul Kiss, Vox Mundi, etc.). Con ocasión de un festival para la paz que organizó el centro de estudios en el parque Torre Ramona (que tanto me vio jugar) nos ofrecieron la posibilidad de tocar allí (gratis, por supuesto). Uno, que tiene al escenario por amante fiel, no pudo resistirse, y aceptamos. Aquel día fue uno de los más fríos de mi vida, jersey gordo, abrigo, bufanda, pelo largo, guantes los más afortunados, y los dedos hinchados de tal manera que no nos cabían entre las cuerdas de las guitarras. Imagínense la cantidad de público presente para oír nuestro repertorio, mis canciones de aquella época (Obsesión, Orgasmo, 16...) más versiones de Blue Moon y Merry Xmas (War is over). Huelga decir, que después estuvimos enfermos durante una semana conla gripe, sin poder ir a clase... Como la historia es cíclica (aunque sea en espiral), ...