Más perros que Joseph
Anteayer intenté abrirme una cuenta bancaria y me fue imposible. Uno es sabedor de que tiene poco dinero, pero me domina, de todos modos, la extrañeza de que parece ser que nignún banco de todos los que visité quiere mi dinero. Requisito imprescindible es poseer un hanko , un sello con el que estampar la firma, cosa de la que el que les habla carece y abomina. Y es que por muy tradicional que sea la estampita, me parece una tontería de libro, como todas las tradiciones que pierden su sentido, su utilidad, con el tiempo, pero que se conservan y se quieren conservar. Me toca las narices porque, que yo sepa, el hanko no es un documento nacional de identidad obligatorio y avalado por el Estado, sino que tiene la misma validez que la tarjeta de puntos del supermercado; y lo segundo, porque es fácil de falsificar, mucho más que la firma: sobre todo porque lo más normal no es encargar una pieza única a un artesano, sino comprar uno hecho en serie en cualquier tienda de las que abren 2...