A Japón con una media

Todos los japoneses me preguntan incansables: "¿Sabes qué día es hoy?", a lo que les respondo: "Sí, San Fermín". Seguidamente, procede una explicación de los encierros (lo mío es encerrona, que es distinto). Resulta que hoy en Japón se celebra el Tanabata, como todos los años. Cosa que ya sabía antes de salir de España, por no decir que llevo aquí -y bien que lo saben- más de un año, lo que me hace horrorizarme ante la perspectiva de ser preguntado lo mismo todos y cada uno de los años que pase en Japón.

El Tanabata es una fiesta de origen chino que, curiosamente, sólo se celebra en Japón y Corea y que se basa en una antigua leyenda. Cuenta ésta que la princesa tejedora se enamoró de un pastor de ovejas. Su padre (el de ella) accedió al matrimonio, pero al ver que tras casarse tenían abandonadas sus labores, decidió separarlos. Templado por la pena, les permitió verse un único día al año, el 7 de julio (en otros sitios de Japón es el 7 de agosto), cuando una bandada de pájaros forma un puente con sus alas para que se puedan reunir. Princesa y Pastor hacen referencia a dos estrellas que sólo brillan juntas esta noche; si el cielo está nublado, se considera que los amantes no se ven y deben esperar otro año; poca broma , porque estamos en plena época de lluvia.

Es típico escribir un deseo en un trozo de papel y colgarlo en una rama de bambú (en su defecto, vale cualquier planta, por lo menos en mi caso). Prueben a ver si tienen suerte y me cuentan.

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