Gaudeamus

Acaba de empezar el curso escolar en Japón. Como cada 8 de abril, (aunque depende de la escuela, algunas el 7, otras el 9...) los estudiantes vuelven a las aulas con o sin alegría, pero sin otro remedio. Supongo que tanto a ellos como a los profesionales de la hotelería no les habrá hecho ninguna gracia empezar justo antes del fin de semana. Japón es sorprendente.

Durante la semana anterior, se podían ver estudiantes universitarios por los alrededores de los campus haciendo propaganda de sus clubs de actividades (deportes, manga, tradiciones japonesas, teatro, música...) para captar nuevos miembros. Una actividad bastante dura, ya que se pegaban todo el día gritando, sosteniendo pancartas y repartiendo folletos a sus semejantes.

Pero, al igual que no todo el monte de Venus es orgasmo, algunos de esos clubs no son más que tapaderas tras las que se esconden las numerosas sectas que hay en Japón (recuerden que tener tu propia secta desgrava, ¿les hace adorarme un poquito?).

A ver si al año que viene alguien monta mi club de fans... no habrá tanta suerte.

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