La almeja enemiga
Ya sabrán que Corea del Norte no goza de mantener buenas relaciones con Japón precisamente. Ni con la mayoría de países del mundo, ya puestos. Sin embargo (léanlo con doble sentido), Corea del Norte mantiene relaciones comerciales con la comunidad internacional: todos queremos comer a diaro.
El producto estrella es la almeja norcoreana -si algún gourmet especializado en el tema nos puede brindar más información, será bienvenida-. Desconozco el problema de la almeja japonesa, si es que existe (léanlo con doble sentido).
Para los japoneses, ver en la etiqueta que las almejas vienen de Corea del Norte no es, precisamente, un aliciente para consumirlas. Así que realizan un curioso ritual "de aceptación" para eliminar ese estigma: El mayorista compra (pongamos) 1 kilo de almejas a los norcoreanos, pero en vez de embolsarlo, etiquetarlo y proceder a su comercialización, las deposita en una playa privada, donde disfrutan de la libertad capitalista por algún tiempo.
Transcurrido este periodo, recojen a los moluscos, pero ahora ya nacionalizados como producto del país. Incluso habrá a quien le sepan más ricas.
¿Se podrá hacer lo mismo con los turistas de la Costa del Sol?
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