Frío (de tripas corazón)

Durante mis años mozos de instituto tenía un grupo de rock acústico con amigos y familiares que en cosa de un año cambió de nombre tres o cuatro veces (Soul Kiss, Vox Mundi, etc.). Con ocasión de un festival para la paz que organizó el centro de estudios en el parque Torre Ramona (que tanto me vio jugar) nos ofrecieron la posibilidad de tocar allí (gratis, por supuesto). Uno, que tiene al escenario por amante fiel, no pudo resistirse, y aceptamos. Aquel día fue uno de los más fríos de mi vida, jersey gordo, abrigo, bufanda, pelo largo, guantes los más afortunados, y los dedos hinchados de tal manera que no nos cabían entre las cuerdas de las guitarras. Imagínense la cantidad de público presente para oír nuestro repertorio, mis canciones de aquella época (Obsesión, Orgasmo, 16...) más versiones de Blue Moon y Merry Xmas (War is over). Huelga decir, que después estuvimos enfermos durante una semana conla gripe, sin poder ir a clase...

Como la historia es cíclica (aunque sea en espiral), el gélido día 18 fui al parque de Shinjuku Gyôen donde se celebraba con motivo del centenario de tan célebre lugar un festival de LOHAS (palabra de moda en Japón, siglas de Lifestyles Of Health And Sustainability, o sea, Estilos de vida saludables y sostenibles con el medio ambiente), casetas de productos orgánicos, de artesanía, etc., para tocar junto a Pascal Venturelli, y compartir escenario con el cuarteto Drop.















Foto: Noriko Shimada

Esta vez fue mucho mejor concierto, claro, pero no por eso me libré de caer enfermo. Menos mal que hay medicinas para todo y para todos (aunque no siempre sean compatibles, tsch) y, para afrontar la dura semana que me esperaba de actuaciones, clases y grabaciones, el farmacéutico me vendió una medicina infantil llamada Jikinin que me salvó. Afortunadamente, no era Tamiflu, que por lo visto ha inducido a muchos menores japoneses al suicidio o a realizar actividades peligrosas. A pesar de no poder poner esa excusa, no se me ocurrió otra que darme un baño supercaliente (algo que todo el mundo sabe -menos yo- que es contraproducente en esos casos) y, a la salida, casi me desmayo. Conseguí mantener la consciencia y la conciencia haciendo de tripas corazón y, oigan, ahora casi no me quedan tripas y me sobra corazón. La higiene es buena, se la recomiendo de corazón (y de tripas), pero qué mundo es éste en el que hasta bañarse es peligroso... Ya otro día les cuento cuando una vez me tragué un quesito Minibabybel entero.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola,

Pronta recuperación, eh!

... no sabías que nadie se ha muerto por "sucio"? je je je...

Ni duda, la higiene es buena!

Saludos, y a cuidarse eh.
Anónimo ha dicho que…
Hola, valetudinario amigo.

Yo recuerdo su concierto en Torrerramona. Estuvo bien. No sé si sabe que Laura, una de sus guitarristas, ha vuelto a vivir a Zaragoza.

Curioso que se enferme en un Lifestyles Of Health.

Cuídese, con tiempo todo cura.

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