Oxígeno (O2)

Leí sobre su existencia en Crazy Japan! hace un tiempo, pero ya he tenido la ocasión de probar de primera nariz un bote de oxígeno de los que venden por unos 600 yenes en las tiendas 24 horas.















Foto: Carlos Isabel

Hay dos versiones disponibles: menta para el cerebro y pomelo para el cuerpo. La que cayó en mis manos fue la primera, aunque el contenido del bote es idéntico para las dos (oxígeno, según cuentan), hay que aplicar un disco fragante (que viene en bolsita aparte) para conseguir que huela a algo.

Cierto es que, cuando la vida ahoga, un balón de oxígeno se hace plenamente necesario y es de agradecer. Y, si necesitan una excusa de pago para disfrutar de su respiración, no lo duden, éste es su producto. No obstante, a pesar de la contaminación galopante que sufrimos, me da la impresión de que el oxígeno flotante gratuito es más que suficiente para mi cuerpo y mi cerebro, aunque no huela a menta o pomelo precisamente, y todo esto me recuerda a aquel entrañable muñeco de Barrio Sésamo que, tras unas gafas de sol y una gabardina -con sombrero a juego- digna del mismísimo Colombo, nos invitaba a comprarle un litro de aire a bajo precio. Mas tiemblen, porque nuestros bisabuelos, dicen, nunca pagaron un solo céntimo por el agua...

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el plató

Niebla espesa (más iconoclastia)

Restaurant Ito