Generaciones enteras de todo el mundo hemos crecido con Heidi , la serie del magnífico Hayao Miyazaki . Y ya que estamos en el año del perro , me parece apropiado arrojar algo de luz sobre el asunto y apartar, de una vez por todas, la densa niebla. Recuerdo que , no hace tantos años, mi amiga Laura quería llamar Lucas a su perro, mas tuvo que claudicar ante su hermano, a quien le sonaba raro, por ser considerado, hasta el momento, nombre exclusivo de persona. Y es que, en Japón, el perro del abuelo, la mascota con la que todos hemos soñado alguna vez, no se llama Niebla, sino Joseph , o sea, José. Gracias al sutil cambio de onomástica sufrido en la versión que llegó a nuestras pantallas el 90% de los padres españoles de la época se libró por los pelos de tener que oír repitiendo machaconamente a sus hijos "Papá, papá, tienes nombre de perro", y tal vez fuera esta la causa que motivó la decisión, o puede que resultara arriesgado, en la sociedad de aquel entonces, llamar a u
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¿Sabes si el nombre del local viene de ese mítico grupo de rock progresivo japonés cuyos discos nadie se atreve a reeditar?