Jíbaros
Si todavía queda alguien ahí, le pido perdón por la prolongada inactividad que ha sufrido este blog. La pereza no ha tenido nada (o casi nada) que ver, sino que ha sido por una hospitalización. Todo ha salido bien, me trataron de lujo, y he vuelto para seguir predicándoles. Durante mi estancia en el hospital, pude seguir comprobando la precaución que gastan en este país (que mola tanto) y la preocupación que hay por la seguridad. Fíjense en la foto de la barandilla de la cama en la que estuve. En la pegatina amarilla dice: "Aviso. Tengan cuidado con el espacio entre los barrotes. Pueden quedarse enganchadas cabezas o cuellos". Foto: Pilar Muñoz Cierto es que la distancia entre los barrotes verticales era ligeramente mayor (no se piensen que tanto), pero en la de arriba cabía escasamente mi puño. Igual, si a alguno le da por intentar pasar a un recien nacido...