Feliz Año del Mono

Hay años bellos –ya saben ustedes–, años bonitos, años cucos y, como este que empieza, años monos.     Y una vez creí escuchar a un tipo importante diciendo que no había nada mejor que estar enamonado. Pero claro, no es cuestión de trepar el Sky tree cargando con cualquier desdichada y ponerme a espantar aviones a manotazos; y si hay que ir de rama en rama (un nivel por debajo a de flor en flor), mejor que sean de canela... Así le encargué a, como no podía ser de otra manera, Jordi Pastor la siguiente imagen, que pasaré a glosar:


A la izquierda tienen el kanji del signo zodiacal del mono (申), recuérdenlo. Seguidamente, encontrarán un plátano gigante a medio pelar y a este que les predica vestido de mono en posición de reflexionar profundamente. Arriba, en negro, el consabido feliz Año Nuevo en japonés (sé que no es muy propio de mí el ser tan tópico...). En letra dorada aparece el resultado de la reflexión profunda que les anunciaba, un juego de palabras entre el verbo pasar en japonés (去る, saru) y la palabra mono (como signo del zodiaco 申, saru), que por los paréntesis podrán adivinar que son homófonas. Tal como sigue:

2015 ha pasado.

2016 mono.

2017 pasará.


En la línea de abajo, en japonés, Este año también me llamo Miguel Ángel. Primeramente, aclara la confusión de verme disfrazado y, además, es otro juego de palabras entre el kanji del signo zodiacal del mono (申) y el kanji del verbo decir en su forma cortés  (申) –¿a que se parecen?–.

Por mi parte, y siendo vox populi tanto mi inconformismo como mi afición a los retos, voy a pasarme 2016 vistiendo de seda, ¡y voy a lograr resultados!


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